Cómo perder grasa corporal 10 veces más rápido
- Champions Mens Grooming
- 11 oct
- 4 Min. de lectura
Si algo he aprendido, es que perder grasa corporal no va de matarse en el gimnasio ni de dejar de comer. Va de entender cómo funciona tu cuerpo y aprender a jugar a tu favor.
Durante años lo hice mal: comía poco, entrenaba mucho y me frustraba porque los resultados no llegaban. Hasta que entendí que el cambio no es magia, es estrategia.
Hoy te comparto lo que de verdad funciona. No son trucos de revista, son pasos simples que cualquiera puede seguir si de verdad quiere ponerse en forma y sentirse mejor consigo mismo.
Come en déficit calórico (pero sin pasar hambre)
Lo primero que tienes que entender es esto: si comes más de lo que gastas, no hay forma de perder grasa. Pero eso no significa que tengas que vivir con hambre.
Yo empecé ajustando mis comidas: 60% proteína, 20% carbohidratos, 10% grasa saludable.
Esto me ayudó a mantener el músculo y a controlar los antojos. Empecé a sentirme con más energía y menos hinchado.
Comer bien no es comer poco. Es comer con cabeza. Pollo, huevos, yogur griego, legumbres… alimentos simples que te mantienen lleno y evitan que acabes picando cualquier cosa a media tarde.
Llena el plato de verduras
Durante mucho tiempo ignoré las verduras. Error. Son las que hacen que tu cuerpo funcione mejor, digiera bien y se mantenga activo.
Ahora, cada día meto un bol grande de verduras: lechuga, pepino, calabacín, pimientos, tomate… y las combino con especias o un poco de yogur griego para dar sabor.
Lo mejor es que te llenan sin meter calorías. Te ayudan a mantener el déficit sin sentir que estás “a dieta”.
Cena ligero y deja de comer tarde
Comer justo antes de dormir fue otro fallo que me frenaba.
Cuando lo dejé, empecé a descansar mejor y a notar cambios reales. El cuerpo necesita esas horas para reparar y quemar grasa, no para seguir digiriendo.
Ahora intento no comer 3 o 4 horas antes de dormir. Ceno algo ligero: proteínas y verduras, y listo.
Descanso mejor, tengo menos ansiedad nocturna y me levanto con más energía.
El ayuno intermitente (si te encaja)
El ayuno intermitente fue un antes y un después para mí. No lo hago siempre, pero cuando lo hago, mi cuerpo reacciona rápido.
Saltarme el desayuno me ayudó a quemar la grasa acumulada y controlar mejor el apetito.
Empecé con ayunos de 14-16 horas, bebiendo agua o café solo por la mañana, y rompiendo el ayuno con una comida completa.
No es para todo el mundo, pero si lo pruebas y te funciona, verás resultados sin complicarte la vida.
Bebe agua antes de comer
Este consejo parece una tontería, pero funciona.
Bebo 300 ml de agua antes de cada comida y eso me ayuda a sentirme saciado. Además, mejora la digestión y evita que me pase con las porciones.
Y sí, es así de simple: más agua, menos hambre, mejor rendimiento.
Hidrátate nada más levantarte
Nada activa el cuerpo como un buen vaso de agua al despertar.
Después de dormir, estás deshidratado, y eso frena tu metabolismo.
Yo bebo medio litro de agua en cuanto me levanto. A veces le echo un poco de limón o sal del Himalaya para activar el sistema.
Te despierta, te limpia y te hace empezar el día con energía real.
Corta con las bebidas azucaradas
Otra cosa que eliminé fueron los refrescos y batidos industriales.
Tenía la costumbre de tomar uno después de entrenar o en comidas fuera, y sin darme cuenta metía calorías vacías que arruinaban el esfuerzo.
Hoy bebo agua, infusiones frías o refrescos sin azúcar. Y cuando quiero algo dulce, tiro de frutas bajas en azúcar como arándanos o kiwi.
El cambio se nota, en la piel, en la energía y en cómo te ves.
Una comida trampa a la semana
No se trata de vivir amargado. Una comida trampa cada siete días te mantiene motivado y ayuda a regular las hormonas del hambre.
Yo la uso como recompensa y también como recordatorio de que puedo disfrutar sin perder el control.
El secreto está en que sea solo una, no un fin de semana completo. Comes lo que te apetece, lo disfrutas y al día siguiente vuelves al plan.
Entrena fuerza antes del cardio
Este fue el punto clave. Antes pensaba que correr era la solución. Hasta que entendí que el músculo es lo que hace que el cuerpo queme grasa incluso en reposo.
Ahora siempre entreno fuerza primero y dejo el cardio al final.
Pesas, peso corporal, máquinas… da igual el método, lo importante es que desafíes a tus músculos.
No hace falta vivir en el gimnasio, con 3 o 4 sesiones semanales intensas ya empiezas a notar resultados.
Camina después de comer
Parece un detalle menor, pero esos 10-15 minutos de paseo después de cada comida ayudan mucho.
Mejoran la digestión, bajan el azúcar en sangre y activan el metabolismo sin darte cuenta.
Además, me sirve para desconectar del trabajo o del móvil. Es un momento simple, pero eficaz.

Perder grasa corporal no es solo verse bien
Perder grasa corporal no va de estética. Va de sentirte ágil, fuerte y con energía. Cuando tu cuerpo responde, tú también lo haces. Te sientes más concentrado, más capaz y más seguro.
No se trata de competir con nadie, sino de cuidarte porque lo mereces. Cuidar tu cuerpo también es una forma de respeto hacia ti mismo.
En Champions, el cambio empieza contigo
Yo empecé solo, pero descubrí que con el apoyo adecuado los resultados llegan antes. En Champions no hablamos de milagros, hablamos de acompañarte con estrategia y con profesionales que entienden lo que buscas.
Tratamientos corporales para hombres que ayudan a reducir grasa localizada, orientación en autocuidado y un entorno pensado para hombres que quieren mejorar su físico sin perder naturalidad.
Aquí no vienes a cambiar quién eres, vienes a potenciar lo que ya tienes.
Agenda tu valoración gratuita en Champions y da el paso que muchos postergan. Porque cuidarte no te hace menos hombre. Te hace un hombre con propósito, con presencia y con control.







Comentarios